Preparados para la revolución de la impresión 3D industrial

Imagínate que ya no tienes que ir a comprar algo a una tienda porque lo puedes imprimir en tu casa directamente.

Tal vez precises un implante de huesos, piezas dentales o tienes una necesidad médica que requiera producir objetos de gran complejidad; pero no tienes más que acudir con los planos de dicha pieza a un centro comercial e imprimirla. O que necesitas un artículo o una pieza muy difícil de conseguir porque hay que traerlo de otro país a un precio muy costoso.

No hay que imaginar demasiado porque la impresión 3D ya es una realidad y podría dar un giro radical a las reglas de la industria, en especial en el ámbito de la ingeniería. Las impresoras digitales llevan varios años en el mercado. Su tecnología tiene más de 15 años y existen impresoras 3D de fabricación mexicana desde hace más de cinco.

En nuestro país, la impresión digital aún no ha eclosionado, pero da pasos interesantes en la industria. Ya en 2014 existían acá 75 materiales para impresoras 3D, y se trabajaba en nuevos multimateriales combinando plásticos con otros materiales*. En una entrevista en Forbes, Carlos Ramírez, gerente regional de Stratasys, una de las grandes del sector de la impresión 3D para América Latina, mostró cómo en 2016 la tendencia hacia la industria automotriz fue muy marcada, representando el 60% de las ventas en dólares.

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Fabricando piezas y prototipos

Las impresoras 3D ya forman parte de la vida cotidiana de algunas empresas de la industria aeronáutica, imprimiendo piezas que necesitan ser reemplazadas de inmediato y que antes había que solicitar a un fabricante lejano. En Customair, estamos comenzando a visualizarla como un potencial aliado que podría reducir costos, tiempos y esfuerzos en el área de diseño y de manufactura, tanto a nuestra empresa como a nuestros clientes.

Esta forma de producción nos va a permitir en un breve periodo de tiempo comenzar a fabricar mecanismos para compuertas, así como bisagras y chapas de diseños propios. Pero el mayor impacto lo vamos a apreciar en el momento en el que las impresoras 3D nos sirvan para fabricar piezas caras o de encargo.

En el caso de los sistemas de calidad del aire, ya no necesitaríamos importar una pieza que se fabrica en otro país, si no que se podrían comprar sus planos o diseños, e imprimirla nosotros mismos.

Otra gran utilidad la encontramos en la fabricación de prototipos. La impresión 3D se presenta como una gran oportunidad para realizar muestras de producto al cliente, acelerar los procesos de innovación e incluso para realizar pruebas de funcionamiento de los equipos.

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No estamos hablando del largo plazo; ni siquiera del medio plazo. Por eso, las empresas que pertenecemos al ramo de la ingeniería debemos estar preparados para los desafíos que se presentan, como el control sobre los derechos de autor: ¿Con qué seguridad o cómo tienes que controlar que ese plano sólo va a ser impreso una vez?

Está claro que nos encontramos ante un tema complejo en cuanto a la regulación, pero el futuro nos está dictando esa dirección y no vamos a quedar fuera de la jugada.

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